miércoles, septiembre 07, 2011

El 24% de las viviendas de la Ciudad están deshabitadas

Publicado el 7 de Septiembre de 2011

Sobre 1,4 millones, 341 mil están vacías. Se calcula que cerca de la mitad son oficinas o estudios profesionales. Pero la proporción es la más alta del país: en la provincia de Buenos Aires, es el 17% y el promedio nacional es del 18%.
 
El déficit habitacional sigue siendo uno de los grandes problemas estructurales de la Ciudad de Buenos Aires, donde el Censo 2010 registró casi 341 mil viviendas deshabitadas, mientras que más de 119 mil porteños habitan en ranchos, casillas o piezas de alquiler.
Estos números definitivos, difundidos la semana pasada, continúan siendo materia de análisis por los técnicos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), pero permiten establecer una radiografía de la falta de vivienda, a la que se le suma la condición de hacinamiento, que según distintas opiniones alcanza en su totalidad a más de medio millón de personas en la Ciudad. En tanto, los organismos encargados de brindar soluciones, como el Instituto de la Vivienda porteño (IVC), son despojados de fondos y sus presupuestos subejecutados, según denuncia la oposición.
De todas las viviendas censadas en la Capital, en cuya categoría también se incluyen inmuebles de uso comercial o institucional, el Censo 2010 halló 340.975 sin habitar, de un total de 1.425.840. La gran mayoría de las deshabitadas, 52.411, se concentra en la Comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Montserrat y Constitución), y constituye el 40% del total de esa área porteña. Si bien los técnicos consideran que una alta proporción de todos los espacios desocupados, posiblemente cercana al 50%, se trata de oficinas, clínicas o estudios profesionales, la cantidad sigue siendo alta comparada con otros distritos populosos, como la provincia de Buenos Aires, y supera por varios puntos a la media nacional. Entre las variadas razones de esta desproporción, fuentes consultadas por este diario mencionaron la propensión a construir y atesorar propiedades suntuosas, y la inversión inmobiliaria en alza, que empuja los precios del mercado. En contrapartida, la falta de créditos para sectores medios y planes profundos de vivienda social, engrosa el segmento de la población que vive en condiciones precarias o de hacinamiento.
Jaime Sorín, ex decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UBA, consideró que una clave para revertir esa situación sería “poner un impuesto a la vivienda desocupada, que la vivienda se convierta no sólo como una inversión sino sea parte de un interés social. Además no debería haber inmuebles sin alquilarse, lo que también llevaría a una baja en los valores de los alquileres. Hay que tener en cuenta que casi el 30% de la ciudad alquila”, señaló Sorín a este diario.
En la misma línea, un informe interno del equipo asesor del legislador Francisco “Tito” Nenna, expone que “la hipervalorización del suelo, la retención especulativa del suelo y de viviendas, se compone también de alquileres que favorecen los derechos de los propietarios más que el de los inquilinos”. A su vez, agrega que “la inequidad se evidencia en el boom de la construcción de departamentos suntuosos y lujosos, el 80% de los nuevos metros cuadrados residenciales que se concentran en el 32% del territorio más rico, mientras los sectores más pobres en el sur sólo concentran el 1,9% de los nuevos metros cuadrados residenciales”. El arquitecto y urbanista Manuel Ludueña, quien participó de ese informe, agregó que “la retención de viviendas es tradicional porque es una forma de ahorrar de muchos, pero lo mayoritario está en los bienes suntuosos que los usan como negocio”

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