domingo, diciembre 13, 2009

"La baja en la compra-venta de inmuebles superó el 30%"

13.12.2009 | El arquitecto José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, analiza el futuro del mercado. Los pedidos de construcción en la Ciudad de Buenos Aires cayeron un 40%. El sector le teme más al tipo de cambio que a la inflación. El crédito seguirá siendo escaso en el 2010. Boedo y Parque Patricios, las zonas a desarrollar.
Por Gustavo García

Luego de un año marcado a fuego por la crisis financiera internacional, el mercado inmobiliario intenta acomodarse al escenario del 2010. La necesidad de resguardar los ahorros invirtiendo en ladrillos contrasta con el menor nivel de actividad y la escasez de crédito hipotecario. El camino a recorrer no surge sencillo, pero el arquitecto José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, sabe leer el mapa y escudriñar el futuro.

-¿Cómo es el balance del año 2009?

-Fue notoriamente menor en cuanto al rimo de actividad con respecto a los últimos años. La caída se remonta al último trimestre del 2008, desde octubre de ese año hubo un freno importante en el ritmo de compra-venta. Hubo varios factores, y uno de los principales fue el tipo de cambio. La incertidumbre acerca de cuál sería la nueva ecuación entre el peso y el dólar. En aquel momento hubo una devaluación progresiva desde los 3,07 pesos y fue aumentando. Eso, conjugado con el estallido de la crisis financiera internacional, la caída de las bolsas y los bancos. Todo esto generó la retracción en los inversores. Nadie sabía cómo iba a pegar la crisis por acá.

-¿Discriminan entre el inversor que busca rentabilidad y quien compra como vivienda única?

-El ritmo de actividad en estos seis años fue responsabilidad del inversor más que del usuario final, el que compra para vivir. Gran parte del buen nivel que hubo se debe a los inversores, que juzgan que lo inmobiliario es un buen resguardo de valor. En ese período también tuvimos inversores especulativos, que entraban en emprendimientos como los pozos y antes de finalizar la obra salían con una rentabilidad interesante. Esos desaparecieron en el 2007.

-¿Se conocen cifras de la retracción?

-La retracción hacia el primer semestre de este año en la compra-venta en Capital Federal era superior al 30%. Fue el peor semestre de los últimos diez años. La gente pensaba: si tengo dólares, valdrán más pesos hacia adelante. Tal vez tenga mejor posibilidad de compra. La otra era: por las dudas me mantengo líquido por si necesito el dinero.

-¿La crisis le puso un freno a la valorización del metro cuadrado?

-Le puso un freno, pero no provocó la caída del valor. Lo que pasa es que quien compró lo hizo como resguardo de valor, no lo hizo con deuda, no se veía necesitado imperiosamente de liquidarlo con una reducción del precio. Por eso no se dio la caída de valores. Sí provocó un amesetamiento y un ritmo de venta interanual inferior a lo que se daba. Año a año los valores subían un 15%, y en el 2009, en propiedades a estrenar, el aumento fue del 7%.

-¿Considera que está sobrevaluado el metro cuadrado?

-No se puede juzgar si está sobrevaluado en la medida en que haya alguien que avale estos precios. La ecuación ahora ajusta por cantidad y no por precios, es decir bajando el ritmo de actividad, pero no los valores. Y el precio se mantiene porque el que compró no lo hizo endeudado, como ocurrió con las burbujas de Estados Unidos. En Capital Federal hacen falta siete años de sueldo íntegro promedio para comprar un departamento usado de 60 metros cuadrados en un barrio medio.

CREDITO ESCASO

-¿Cómo puede evolucionar el crédito el año próximo?

-Los bancos están empezando a movilizarse. Este año comenzó el Banco Hipotecario con la línea de la Anses para vivienda usada y nueva, pero al primero lo descontinuaron. Priorizan los créditos a la construcción. Después salió el Banco Ciudad, que ofrece dos años fijos y después variable; el Santander Río lanzó préstamos a tasa fija para refaccionar o ampliar viviendas. El Credicoop también tiene líneas. Igualmente es muy difícil que se pueda llegar a equiparar con lo que se paga un alquiler.

-¿Es imposible que ocurra esto?

-Los bancos tendrían que estar prestando a una tasa del 5 o el 6%, costo financiero total, y utilizar una ingeniería financiera, que se vendan títulos y el capital se ajuste para que se puedan permitir ganar una tasa de 3 puntos. Igual veo saludable la intención de participar de la banca privada, hay un efecto derrame en estos bancos. Hasta hace un año estaban desarmando las estructuras hipotecarias. No se pueden esperar maravillas.

PELIGRO: INFLACION

-¿Existe incertidumbre en torno a la inflación para el 2010?

-La inflación no le conviene a nadie porque no permite proyectar hacia el futuro, más en un negocio a largo plazo como la construcción. Ahí se enfrentan dos años con incremento de mano de obra y materiales. Igual se pueden llevar adelante emprendimientos en un contexto inflacionario, siempre y cuando no se desborde. Más negativo para el mercado inmobiliario es el tema del tipo de cambio, la estabilidad y el crecimiento económico. Mientras hay crecimiento hay actividad inmobiliaria, aunque sea con inflación.

-¿El impacto es similar en viviendas a estrenar y usadas?

-En el mercado de las propiedades usadas no impacta directo, tiene más que ver la oferta y la demanda, la necesidad de vender del propietario. Obviamente igual sufre un arrastre ya que en la medida en que las propiedades a estrenar suben de precio, eso permite subir a las usadas, se van acomodando alrededor de un 35%. El golpe de la inflación es sobre los costos de la construcción y la programación de obras a futuro.

-¿La construcción ya siente el impacto?

-El nivel de actividad de la construcción medido a partir de los proyectos que se presentan ante el Gobierno de la Ciudad cayó más que la actividad inmobiliaria. Los permisos bajaron un 40%, eso es un aviso de que en el futuro habrá una menor oferta.

POR LOS BARRIOS

-¿Qué zonas de Buenos Aires se están desarrollando más?

-Desde la devaluación, es decir el 2002 y hasta este año los cinco barrios donde más se construyó fueron Palermo, Caballito, Villa Urquiza, Belgrano y Puerto Madero. Pero este año en Caballito la caída fue del 55%; en Palermo hubo una baja algo menor. Los insumos del constructor son la tierra y los materiales, y lo que ocurrió es que la tierra subió mucho de precio.

-¿En la ciudad se construye con criterios urbanísticos?

-En Buenos Aires se construye en función de donde hay mercado. Lo que se construyó desde el 2003 a esta parte es por la demanda, donde la gente quiere vivir. La gente elige por el entorno, los medios de transporte, porque se siente más segura.

-¿El mapa de la seguridad influye sobre el mercado?

-Es el factor determinante. Sobre todo en la radicación de la vivienda y también para las industrias y los depósitos. Nosotros hicimos una encuesta este año y preguntamos en qué factor se fijaba el cliente a la hora de elegir: el 75% dijo que era la seguridad. Eso conspira contra el desarrollo de determinadas zonas.

-¿Puede anticipar hacia qué parte de la ciudad se moverá el mercado?

-En el 2003 nosotros dijimos que uno de los barrios que explotaría era Palermo Hollywood. No era como ahora, repleto de restaurantes. Era el desarrollo natural del barrio. Otra zona que tiene muchas posibilidades es el área de San Telmo, que está pegada a la zona central de la ciudad. Ahí se dan factores que atraen a determinados núcleos sociodemográficos, como los artistas y el turismo. Hay buenas iniciativas del lado del Gobierno de la Ciudad con el impulso que quiere darle a Parque Patricios a través del distrito tecnológico.

-¿La frontera que divide la ciudad en Norte y Sur es concreta para el mercado?

-Sí, es muy concreta. Las únicas islas son Caballito y Almagro. Hay un potencial enorme de crecimiento en Boedo, pero no sólo por la extensión del subte. Parque Patricios también tiene un entorno de casas bajas que se pueden desarrollar, se puede circular, estacionar, entrar con el auto, hay transporte, está a 15 minutos del centro y tiene un gran pulmón verde. Tampoco hay que negar que tiene factores negativos, como lindar con una de las villas más grandes de la ciudad.

-¿Cuánto se revaloriza una propiedad cuando le llega la extensión del subte?

-Cuando tenés el subte a una cuadra una propiedad puede valer un 10% más que si no lo tuviera. Pero hay un conjunto de factores extra a considerar que puede hacer que valga menos, aunque pase el subte.

-Hace un tiempo hicieron furor los PH. ¿La demanda obedece a la moda?

-Los PH ya bajaron. El mercado estuvo orientado estos años en construir torres con servicios como Salón de Usos Múltiples (SUM), pileta, gimnasio, sauna. Hoy es difícil pensar un emprendimiento sin estas cosas. Todos los departamentos tienen ahora algún servicio complementario. Esto fue lo último. Otras modas, como el loft de los "90, no impactaron tanto últimamente.

viernes, octubre 09, 2009

La ciudad inundada


Jueves 27 de febrero de 2003 | Publicado en edición impresa

Lamentablemente, el tema de las inundaciones porteñas se ha politizado. Vemos los fenómenos meteorológicos y ambientales en términos del éxito o el fracaso de los funcionarios, antes que discutir el asunto en su globalidad.

El problema de fondo es que se urbanizaron amplias superficies que son inundables. Con la fundación de Villa Crespo, en 1887, por el entonces intendente Crespo, se inició la ocupación de los valles de inundación de los arroyos de la ciudad de Buenos Aires. El valle de inundación es la zona baja que el arroyo ha excavado en sus crecidas. No es apta para construir viviendas y el único uso urbano que debería tener es el de parque público, que, de quedar bajo el agua, no provocaría desastres. Porque la catástrofe no es un fenómeno natural. La catástrofe es la expresión social de un fenómeno natural.

Sin embargo, durante más de un siglo se asentaron cientos de miles de personas en lugares inadecuados. En este punto hay una responsabilidad de quienes fueron autoridades de la ciudad durante todo ese período. La inundación no es responsabilidad exclusiva del jefe de gobierno actual, sino que es compartida con todos sus antecesores desde el año 1887.

Esto crea problemas difíciles desde el punto de vista hidráulico, pero también crea situaciones imposibles desde el punto de vista institucional. Hay que aceptar que el problema de las inundaciones en la ciudad de Buenos Aires no tiene solución. Hay, por supuesto, paliativos, hay inversiones que permiten atenuar las crecidas y, por supuesto, hay que hacerlas. Pero una cosa es hablar de atenuación y otra es hablar de solución definitiva. Lo más sano es admitir que no hay solución definitiva posible (y mucho menos en los niveles de gasto que pueden asignarse a estas obras).

Por arte de magia

¿Por qué nadie se atreve a decirlo y todos prometen la obra mágica para dentro de unos pocos años? ¿Por qué esa promesa se repite desde el entubamiento del arroyo Maldonado, en 1936, e incluso antes? Por una cuestión de responsabilidad jurídica: si las autoridades aceptan que se promovió el asentamiento en zonas no aptas para vivienda, hay cientos de miles de personas que se sentirán con derecho a demandar a la ciudad por haberlas metido adentro del agua. Si el Código de Planeamiento Urbano dice que "aquí se puede vivir", y el terreno es inadecuado, la ciudad es responsable de los daños y perjuicios. Esto pone al funcionario en una trampa que lo obliga a prometer alguna obra mágica que le permita deslizarse hasta el fin de su gestión mientras da alguna esperanza a los afectados.

Pero si despolitizáramos el tema estaríamos en condiciones de discutir no una obra mágica, sino un plan hidráulico integrado, que contemplase la participación de entidades vecinales y profesionales, la realización de obras públicas y medidas tales como la modificación del Código de Planeamiento Urbano para delimitar las áreas inundables. Todo lo que se haga requiere de la evaluación de impacto ambiental en términos de la ley 123 de la ciudad de Buenos Aires, que las autoridades suelen olvidar con mucha frecuencia.

El autor es defensor del pueblo adjunto de la ciudad de Buenos Aires y profesor de las universidades de Buenos Aires y de Belgrano.

domingo, agosto 30, 2009

Confusas explicaciones del PRO en una inspección judicial al Maldonado

Se trata de la obra para las inundaciones que se frenó tras una cautelar motorizada por la CC por mayores costos y contaminación. Hoy se presentaron tres camaristas a inspeccionar los trabajos. En la Coalición revelaron a los magistrados que el director de la obra no es ingeniero civil y mostraron una maqueta con los cambios que se habrían realizado. Asociaciones vecinales protestaron. Peleas entre funcionarios y dirigentes de la CC.
La Política Online | 28.08.2009
En un hecho extraño para la Justicia de la ciudad, los tres jueces de la Sala 2 en lo Contencioso Administrativo recorrieron hoy las obras del Arroyo Maldonado luego de una denuncia de la Coalición Cívica.

En julio el juez en lo Contencioso Administrativo Vicente Cataldo había ordenado suspender la obra al considerar los informes técnicos presentados por los diputados de la CC sobre la contaminación del Puelche, como también las modificaciones de la obra y el incremento del precio original.

Así, los magistrados Eduardo Russo, Nélida Daniele y el polémico Esteban Centanaro (el padre de la legisladora que se pasó del kirchnerismo al macrismo a días del cierre de listas) recorrieron durante dos horas y media el predio de Costanera Norte donde se encuentra el pozo trifolio que, según la denuncia, fue modificado.

Alrededor de las 13.30 los jueces comenzaron a preguntar distintas cuestiones técnicas de los trabajos mientras se podía ver a los obreros realizando distintas labores.

Desde el macrismo, quien llevó la voz cantante fue el director de la obra del Maldonado, Eduardo Cohen, un oscuro funcionario vinculado a la tragedia de Cromañon (se lo acusa de haber firmado los planos truchos de la instalación electromecánica del boliche de Once).

De la inspección ocular también participaron el subsecretario de Obras, Sergio Agostinelli, un grupo de funcionarios del ministerio de Desarrollo Urbano, el legislador porteño Patricio Di Stéfano y el procurador Pablo Tonelli.

Facundo Di Filippo, legislador porteño de la CC y uno de los denunciantes, advirtió que esas modificaciones técnicas pueden causar "un daño ambiental irreversible en una de nuestras mayores reservas de agua", ya que las perforaciones proyectadas originalmente a 31 metros fueron llevadas a 48 metros y, de esa manera, se contaminará el Puelche, acuífero que comparten la ciudad de Buenos Aires y las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y que abastece a millones de sus habitantes.


Ni bien comenzada la recorrida, uno de los denunciantes, el ex legislador porteño Milcíades Peña, hizo una breve exposición con maquetas (en escala 1 en 100) para explicar que la obra en curso "nada tiene que ver" con el diseño aprobado por la Legislatura porteña en el 2005 (ley 1.660) y que el gobierno porteño decidió cambiar el proyecto original “de manera inconsulta”.

Más tarde, el director de Legal y Técnica de Desarrollo Urbano, el radical Cristian Fernández, encaró al ex diputado. “¿Qué pasa acá? ¿Qué buscan con esto?”, vociferó con los magistrados a unos metros y ante la mirada de los otros dos denunciantes, los legisladores Sergio Abrevaya y Facundo Di Filippo, y un equipo de peritos de la CC.

Luego los camaristas le preguntaron a los funcionarios del PRO sobre posibles filtraciones en el pozo ante la presencia visible de agua. La respuesta fue que se veía agua porque se estaba lavando material de trabajo.

Otro punto polémico se dio cuando se les consultó sobre la excavación del pozo. Es que, según el expediente judicial se terminó el 26 de mayo. Sin embargo, Tonelli respondió que en junio ya había finalizado.

Sergio Abrevaya, legislador porteño de la CC y uno de los denunciantes, recordó que la obra fue otorgada en licitación a la empresa Ghella Italiana por 495 millones de pesos, pero que el costo se elevó en unos 70 millones de pesos luego de que esa compañía se asociara con la local IECSA, que presidía Franco Macri y cuya titularidad ejerce ahora uno de sus sobrinos, Angelo Calcaterra.


Fuentes de la CC aseguraron a LPO que en la causa consta que en junio hay órdenes de obra para hacer excavaciones.

Sobre el final Peña preguntó, delante de los magistrados, si Cohen podía contar cuál era su profesión. “Soy ingeniero”, dijo; a lo que el ex legislador agregó: “Sí, ingeniero electromecánico, y el pliego pide específicamente que sean ingenieros civiles los que estén a cargo de esta obra”.

Minutos más tarde, en la oficina – trailer, los jueces firmaron el acta que corresponde a una inspección ocular.

Allí, dejaron constancia que se estaban realizando trabajos en el lugar, sin precisiones sobre el pozo en cuestión claro está, y Cohen admitió ante los camaristas que se estaba aplicando un revestimiento plástico para evitar filtraciones en el pozo.

Ahora, tras este paso, todo indica que la Cámara pedirá en algunos meses a una audiencia a las partes para analizar la medida cautelar. Según cuentan a LPO fuentes judiciales, los camaristas no quieren apresurarse y se tomarán “todo el tiempo necesario”.

OBRA DE MACRI CONTAMINA ACUIFERO

En el día de ayer, 28.08.09, se hizo una verificación ocular, por parte del tribunal de justicia interviniente, en el lugar de construcción del llamado pozo único, al cual asistimos al haber sido designados como consultores de la parte actora.

Se encontraban en el lugar los tres jueces integrantes del tribunal, el procurador Gral, de la CABA , ingenieros de obra, como el Ing. Agostinelli, ing. Cohen (director de obra), Ing. Bertorello, (representantes de la consultora Geodata ), representantes de Ghella construcciones, Dr. Vardé, geólogo, entre otros.

De nuestra parte, acompañando a la parte actora, como Asociacion Vecinal se encontraba el Ing, Raúl Escalante, Francisco Amorrortu y el Arq. Adolfo A. Rossi.

En breve síntesis tratamos de exponer lo sucedido.

Se expusieron dos maquetas, una del proyecto correspondiente a la ley 1660, otra de la obra que se esta construyendo sin acuerdo previo, permiso alguno, ni firma profesional responsable, en cuanto podamos acompañaremos fotos de ambas maquetas., donde ustedes podrán advertir que la segunda casi triplica a la original

De la documentación que tuvimos a la vista y todo lo intercambiado en el acto advertimos que:

No existe orden administrativa alguna para lo que se está realizando.

NO SE CUMPLE CON LA LEY 1660, QUE HABILITA A LA CONSTRUCCIÓN DE TÚNELES Y POZOS CAPTADORES.

NO SE CUMPLE CON EL DICTAMEN JUDICIAL DE PARALIZACION DE LOS TRABAJOS.

EL POZO NO ESTA TERMINADO, aun falseando las fechas y los anuncios, como lo han hecho, según pudo advertirse.

No existe apuntalamiento alguno de las paredes del pozo, cuando anunciaron una y otra vez que podría derrumbarse si no terminaban la losa del fondo¡¡¡¡¡¡¡¡

El Director de Obra ing. Cohen, es ing. electromecánico, es decir no esta habilitado para dirigir una obra, menos como esta, como apostilla es el Ing. que aprobó la instalación eléctrica de Cromagnon.

Este Ing. dejo expresa constancia, en el acta final de la reunión con el tribunal, que los túneles tienen acometida a los 30 m . por más que señalamos que en sus propios planos decía a 25m es decir, el desastre sería mucho mayor al previsto, viajarían, de ser cierto, por dentro del Puelche.

.

Las mentadas dovelas, que constituirán el túnel, están apiladas para su uso, es notable ver como recién fabricadas, algunas están "cachadas" en sus bordes, esto significa que las juntas de Neopreno con seguridad no podrán trabajar como deben, la estanqueidad pasa a ser así, un lujo inalcanzable, pero, ¿quién lo va a ver si todo va enterrado?

Mejor no mencionarles que es un planteo de riesgo ambiental, directamente lo desconocen, no saben que es, nunca se les ocurrió realizarlo

Resumen una obra gigantesca, un esfuerzo desmedido, valores siderales, casi una pirámide egipcia, eso si, estas no servirán ni para el turismo todo quedará oculto, inútil, y contaminando el acuífero Puelche

sábado, agosto 29, 2009

Un mar subterráneo está en peligro

Según los investigadores, el líquido que surge de la tierra es resultado del desmanejo de los recursos hidrogeológicos

Jueves 10 de agosto de 2000

En los últimos tiempos, los vecinos del conurbano sur tuvieron que enfrentarse con la terrible sorpresa de ver sus casas inundadas: las napas están desbordadas.

La firma concesionaria le echa la culpa al clima lluvioso, los ecologistas a la firma y el problema central sigue tan oculto bajo tierra y poco investigado como su protagonista central, el acuífero Puelche, el principal recurso hídrico de la Argentina, pero también ignorado y descuidado.

El Puelche es una inmensa masa de agua pluvial infiltrada en el suelo y contenida en un manto subterráneo de arena. Esta lámina, cuyo grosor puede superar los 100 metros, está tendida a escasa profundidad (de 15 a 120 metros) a lo largo del Litoral bonaerense y porteño desde Rosario hasta la bahía de Samborombón.

Ese verdadero río subterráneo de agua y arena está en movimiento horizontal, a una velocidad de entre 2 y 10 metros por día: el acuífero se recarga de lluvia en su centro (más o menos la zona de Pilar) y se descarga hacia sus bordes, que son el Paraná y el Plata, por el Nord-Nordeste, y el río Salado, por el Sur. En su trayectoria de descarga, medida en décadas y siglos, el agua va lavando sales del subsuelo. Así es que el agua de Pilar tiene un muy bajo contenido de cloruro de sodio, pero la que alimenta el río Salado tiene hasta nueve veces más y no puede beberse.

Un capital enorme

El Puelche es único en todo sentido. Entre los cinco acuíferos que están apilados verticalmente bajo nuestros pies en la pampa húmeda, es el único potable. Hubo otro más superficial (el Pampeano, o primera napa ), que ya está inutilizado. Y los otros tres más profundos son salados.

Del agua potable, ese fluido que es el principal combustible de la vida, la economía y la civilización, y que en un mundo crecientemente sediento empieza a valer un Perú, nuestro Puelche alberga 300 billones de litros. Es tanto como una pileta olímpica de natación por persona, si se lo repartiera entre la población planetaria.

Buenos Aires lo bebió desde pozos casi toda su historia de cinco siglos, y hoy, aunque tenga que tomar aguas del Río de la Plata, la provincia mantiene miles de fábricas que deberían cerrar sin él y el país entero come o exporta productos agropecuarios que se regaron o abrevaron con ese líquido.

No por nada, tendida arriba del Puelche está la joya agrícola de la pampa húmeda, el verdeante cinturón Rosafé, donde crece y se cosecha el 60 por ciento de lo que exporta el país; protegido contra sequías largas porque las antiguas lluvias están bajo el suelo ysalen al toque , a razón de hasta 150 metros cúbicos por hora.

Como explica el hidrogeólogo Oscar Dores, presidente de Evaluación de Recursos Hídricos SA (Evarsa), hasta que se cerró el lago de Yacyretá todas las aguas embalsadas superficiales argentinas sumaban 47 hectómetros cúbicos. Es el 16 por ciento de lo que hay en el Puelche.

Garantizado de fábrica

La Gran Aldea empezó a echar mano de él en épocas de Sarmiento, tras haber contaminado durante siglos las aguas de las napas superficiales (el acuífero Pampeano) con sus pozos ciegos, una costumbre que se pagaba con epidemias a repetición de cólera y tifus.

Cuando surgió la primera red hídrica urbana del país, miles de aljibes de 10 metros de profundidad que abrevaban en el ya contaminado acuífero Pampeano cedieron paso a unas pocas estaciones bombeadoras gigantes que bajaban 20 o más metros hasta el Puelche. Se entendía que, apretado por arriba y abajo entre grandes tapas de arcilla como el jamón de un sandwich entre dos panes, el Puelche venía garantizado de fábricacontra contaminaciones desde la superficie.

Esto es parcialmente cierto, ya que el agua del Pampeano desagua verticalmente al Puelche a través de su tapa de arcillas grises, sólo que muy lentamente y a razón de dos milímetros por día. Pero lo que sucedió a continuación fue que el Puelche empezó a ser sobreexplotado.

Cambio de dirección

Según el hidrogeólogo Eduardo Kruse, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Plata, el bombeo descontrolado dio origen a dos problemas: la depresión del nivel del recurso (los pozos tuvieron que bajar hasta 70 metros o más) y, luego, su salinización. ¿De dónde venía la sal que, allá por la década del 30, empezó a aparecer en las canillas porteñas? Del propio Puelche, pero de sus zonas de descarga en el Plata y el Río Salado: a fuerza de bombear desde el centro se había invertido la circulación subterránea a través del lecho de arenas. El agua salada volvía, llamada por la sed de los porteños.

Así las cosas, la empresa Obras Sanitarias de la Nación (OSN) cerró los pozos y apeló alplan B , tomando agua del Río de la Plata a través de la planta depuradora de la avenida Alcorta, en Palermo. Tuvo obviamente que potabilizarla a un costo muy alto, ya que, como dice el ombudsman adjunto de la ciudad de Buenos Aires, el economista Antonio Brailovsky, la Reina del Plata ha usado históricamente su inmenso río al mismo tiempo como inodoro y como canilla.

En 1958, La Plata debió también apelar al plan B y, promediando la década del 70, el conurbano sur (Avellaneda, Lanús, Wilde), y luego la zona oeste, se fueron conectando a la red de OSN y le dijeron adiós al Puelche.

Hoy, observa Brailovsky, se sigue contaminando alegremente el Plata con descargas cloacales e industriales, y el problema es que para los 13 millones de habitantes de la zona metropolitana no hay plan C posible.

En cuanto al adiós al Puelche, fue relativo. Falto de explotación, rebotó 70 y más metros, hasta sus niveles geológicos habituales. Pese a que tiene la lámina impermeable de la ciudad tendida encima, hoy se alimenta de las pérdidas de la viejísima red cloacal y pluvial de la mancha urbana metropolitana. Y, en su crecida, empuja hacia arriba el acuífero Pampeano, que sale a la calle en los cañadones de los viejos arroyos y al pie de las barrancas (el bajo Belgrano o Avellaneda son buenos ejemplos).

Al hacer esto, hincha el terreno, raja caños, cimientos y paredes, y destruye parquets, cocheras subterráneas y pavimentos. Pero de paso, devuelve al ecosistema humano un siglo entero de contaminación química y cloacal almacenado en el suelo.

Brailovsky y los vecinos de la zona sur dicen que Aguas Argentinas es responsable, al haber conectado a la red una gran masa de ciudadanos que no tienen alcantarillado. La concesionaria le echa la culpa al clima lluvioso, asunto discutible (para Brailovsky y Kruse), ya que la ciudad es impermeable y no son las lluvias sino las cloacas rotas y la falta de bombeo lo que recarga de agua el subsuelo urbano.

Pero lo que sí está claro es que el principal recurso hidrogeológico del país no tiene (y no tuvo nunca) un administrador que investigara y le dijera qué hacer y qué no hacer a los ingenieros sanitarios, estatales o privados; el equivalente de una Autoridad de Cuenca Fluvial, pero para un recurso subterráneo.

Lamentablemente, el acuífero Puelche queda en la peor categoría de problema: está bajo tierra, de modo que ni siquiera se lo ve.

Por Daniel Arias
Para La Nación

lunes, agosto 17, 2009

Buenos Aires, capital de los rascacielos

Con las nuevas torres, se ubica en el puesto 15 entre las ciudades con mayor cantidad de edificios de altura; supera a Shanghai y a Dubai

¿Cómo se ve Buenos Aires desde el cielo? Ya no hace falta volar para descubrirlo. El boom inmobiliario que le ha cambiado la cara a la ciudad instaló sobre el mapa porteño al menos 70 edificios que superan los 100 metros y unos 150 que miran con aires de superioridad al Obelisco.

Los rascacielos se están haciendo parte de la nueva fisonomía de la ciudad. De hecho, con las monumentales torres que se están levantando, sobre todo en Puerto Madero, Buenos Aires se ubica en el puesto número 15 entre las ciudades del mundo que más edificios de altura tienen, según un ranking que elabora el sitio especializado skyscraperspage.com, agrupación que reúne a fanáticos de rascacielos de todo el mundo.

El ranking se elabora con los datos que suben fanáticos y los propios constructores o desarrolladores inmobiliarios. Obviamente, la ciudad que más rascacielos concentra es Nueva York, con 6234 edificios de altura, seguida por Toronto, con 2050, luego por Chicago, con 1109, y Tokio, con igual número.

Buenos Aires se colocó en el puesto 15, con 420 torres, detrás de Houston (427) y antes que Sydney (402), Shanghai (401) o Dubai (398). En América latina, la única que la superó fue Ciudad de México, con 610 rascacielos.

Cinco de los diez edificios más altos de Buenos Aires se encuentran en construcción y estarán terminados antes de 2010. Así, la torre Renoir II, que se levanta con 175 metros de altura y 50 pisos con vista al río, en Puerto Madero, será el edificio más alto del país. La torre de viviendas aún no alcanzó su altura final. La empresa Dypsa estipula que será inaugurada para los festejos del Bicentenario.

Más alto, más caro

La que ocupa el segundo lugar en altura es la torre Cavia, la mayor de las que integran el complejo Le Parc, de Figueroa Alcorta y Cavia, en Palermo, que se inaugurará a fin de año. Alcanza a los 170 m y ofrece panorámicas exclusivas del Río de la Plata, del Aeroparque y hasta de la cúpula del Congreso. Las torres Mulieris I y II, en Puerto Madero, alcanzan a los 161,4 metros. La particular edificación circular, desde el piso 44, permite obtener una vista de 360°, que incluye el río, la torre del Parque de la Ciudad y hasta la silueta de Colonia, en Uruguay.

La nueva generación de torres se caracteriza por el superlujo. Las Renoir, por ejemplo, están equipadas con los ascensores más veloces del continente, que suben un piso por segundo. En las Le Parc, los amenities están en los últimos pisos para que todos los habitantes disfruten de las vistas. Otros están dotados con un sistema de domótica, que permite controlar la iluminación, las cortinas y la temperatura en forma remota, incluso, antes de llegar a la casa.

Claro que el valor del metro cuadrado varía según la ubicación de la torre y la altura del departamento. Cuanto más alto, más caro. La oscilación es de entre los 3000 y los 5000 dólares/m2, para unidades que como mínimo tienen 160 m2. No es lo mismo un piso 8 que uno 20, altura en la que uno puede "tutearse" con el Obelisco. Desde un piso 30, se vive 100 metros por encima del porteño que reside en planta baja.

La torre YPF, en el dique 3 ?diseñada por el padre de las torres Petronas, César Pelli?, se terminó a fines del año pasado. Es el más alto de los edificios ya inaugurados, junto con El Faro, también en Puerto Madero. En mayo comenzaron a mudarse los primeros de los 2000 empleados de la petrolera. Mide 160 metros y tiene 37 pisos. A partir del piso 26, todos ofrecen vista al jardín de invierno de altura que Pelli diseñó para que florecieran jacarandás. Allí, uno podría pasar horas descubriendo por los ventanales a qué edificio corresponde cada cúpula del centro de Buenos Aires.

Las torres El Faro I y II fueron, hasta hace poco, los edificios más altos de la ciudad, con 160 metros de altura. Originalmente, una de ellas iba a llegar a los 170 metros, pero la antena mástil que la iba a coronar finalmente no se instaló.

Construida con la dirección de Mario Roberto Alvarez, la torre Le Parc, de Oro y Cerviño, es hasta hoy el edificio habitado con mayor cantidad de pisos: tiene 50, repartidos en 158 metros. Inaugurada en 1994, fue pionera de la nueva generación de rascacielos porteños.

Una de las torres más impactantes que se están construyendo en el barrio más joven de la ciudad es Château Madero, que para el primer semestre del año próximo tendrá 48 pisos, en una altura de 155,7 metros. La torre Galicia Central, en Reconquista y Perón, fue construida en 2007 y se levanta a unos 145 metros en pleno corazón de la City. Son 33 pisos en los que funcionan las oficinas de la casa central del banco.

Las tres torres Le Parc tienen una altura de 143,5 metros y 43 pisos cada una. Las torres del Yacht I y II, una vez finalizadas, tendrán 44 pisos a 140,8 metros sobre el dique 3 de Puerto Madero. En tanto, el edificio del Bank Boston, en Carlos María Della Paolera al 200, con 35 pisos y 137,2 metros, ocupa el puesto número 11 de los edificios más altos.

Aunque cueste creerlo, los rascacielos son construcciones que imitan a los árboles y se mueven con el viento. Están diseñados para tales vaivenes, que resultan imperceptibles para sus habitantes. "Los elementos que permitieron las construcción de rascacielos fueron el acero, el hormigón armado, el cristal, la bomba hidráulica y los ascensores", explica el ingeniero Pablo Munton, director técnico de Dypsa, que construye las torres Renoir, entre otras.

Según explicó, no existe una definición estándar que establezca cuántos metros debe tener una torre para ser considerada rascacielo. Según skyscraperspage, se considera así a todo edificio con más de 12 plantas. "El primer rascacielo tenía sólo cinco pisos y hoy tienen más de 500 metros. Es un término relativo. El Council on Tall Building and Urban Habitat, con sede en Pensilvania, dice que es un edificio en el que lo vertical tiene una consideración superlativa sobre cualquier otro de sus parámetros y depende del contexto en que se implanta", aporta Munton. Otra definición más estricta considera que se trata de un edificio que supera los 152,5 metros. Según tal criterio, en Buenos Aires habría nueve rascacielos.

viernes, agosto 07, 2009

Creció 50% la oferta de viviendas para alquilar en Capital Federal

La mayor disponibilidad provocó un estancamiento en el precio de los alquileres y hasta se prevé una caída de 5% en los valores para los próximos meses
MATÍAS BONELLI Buenos Aires ()

Muy atrás en el tiempo quedaron las imágenes que mostraban largas colas de postulantes a inquilinos en las puerta de los departamentos. Por aquel entonces, la oferta de inmuebles estaba por debajo de la línea que marcaba la demanda, situación que ponía a los propietarios en un nivel de supremacía respecto de los interesados en alquilar.

Pero ahora la situación se revirtió. Según coinciden en señalar los agentes inmobiliarios, durante el último año –tomado desde agosto de este año a igual mes de 2008– la disposición de departamentos creció entre un 45% y un 50%, medidos en base a los avisos publicados en los medios.

“Hay mucha oferta, incluso en zonas como Barrio Norte, donde hace un año bastaba con un par de días para ubicar una unidad”, precisó Jorge Toselli, titular de JT Inmobiliaria.

“Antes en dos minutos te lo sacaban de las manos; ahora tal vez es necesario publicar tres o cuatro veces el mismo aviso como para que comience a generar movimiento”, agregó.

Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina, coincide con la visión sobre el crecimiento de la oferta de departamentos en alquiler, y da una explicación. “Hoy muchos propietarios con intenciones de vender tienen que elegir entre hacerlo a un precio inferior al que pretenden o ponerlo en alquiler. Además, en caso de vender, lo cierto es que tampoco ven mayores posibilidades de inversión con el dinero que obtendrían”, dijo el directivo. “De hecho hay más avisos de alquiler que de departamentos en venta”, graficó.

A esto se le debe sumar que se comenzó a observar una tendencia que muestra a algunos inquilinos dejan esa condición por cuestiones económicas para volver, por ejemplo, a la casa de sus padres. Además, muchos inversores comenzaron a recibir departamentos que estaban en construcción, que también volcaron al mercado de renta.

Nuevo escenario

Todo esto comenzó a provocar algunos cambios en el sector. En primer lugar, y según las inmobiliarias, durante este año los precios de los alquileres prácticamente no se movieron. Incluso, algunos esperan que durante septiembre se puedan observar algunos reacomodamientos de precios, aunque muy pequeños, cercanos al 5 por ciento.

Además, los especialistas precisan que también se está produciendo un reacomodamiento en la negociación del segundo año del contrato, bautizada por ellos como “escalonamiento”, aunque no es más que una indexación.

Hasta el mes pasado, al monto fijado para el primer año de alquiler se le adicionaba hasta un 20%, y de ahí se obtenía la cifra a pagar durante los últimos 12 meses del trato. Ahora, el techo de ese reacomodamiento –al menos en buena parte de las inmobiliarias– llega al 15 por ciento.

Radamés Marini, al frente de la Unión Argentina de Inquilinos, muestra su escepticismo sobre estos cambios.

“Entre 2007 y 2008 se renovaron alquileres con precios un 100% por encima de su valor anterior. Así armaron un colchón muy grande, y como el negocio ahora no les va bien quieren hacer creer que comienzan a bajar los precios”, se quejó.

De acuerdo con datos de la consultora Reporte Inmobiliario, 2008 cerró en Capital y Gran Buenos Aires con 22.716 unidades disponibles, muy por encima de las 15.335 unidades de 2007. Este año se prevé que cerrará en torno de las 28.000.

Según estimaciones el déficit habitacional es de 2,5 millones de viviendas.

domingo, abril 12, 2009

Un jueves para la historia

Por Sergio Kiernan

Si el Señor de los cielos –que es arquitecto– y la Legislatura así lo disponen, este jueves habrá sesión y se votará al fin la extensión de la ley 2548. Entre feriados y distracciones diversas, hace tres semanas que los diputados porteños no se reúnen para votar lo que puede ser el nacimiento de una legislación seria para nuestro patrimonio edificado. Así, este jueves puede ser fundacional de un sistema, un futuro código específico y hasta instituciones urbanas. O sea, la definición de diccionario del trabajo legislativo.

La 2548 ya rige en un amplio polígono de Buenos Aires, impidiendo que se demuelan así nomás los edificios anteriores a 1941. Hasta la ley, nada impedía cargarse edificios patrimoniales que no estuvieran catalogados. Pero catalogar un edificio resultaba más difícil que hablar urdu porque la ley fue construida especialmente para que se conserve poco y nada. El pobre vecino que quería catalogar una casa tenía que buscarse un diputado amigable, iniciar el trámite, ir a las audiencias abiertas, hinchar por una votación y, luego, volver a empezar todo. Eso es lo que se llama doble lectura.

Esta ley, sancionada en diciembre de 2007, dio vuelta el sistema, ya que declara que todo edificio construido hasta 1940 está en principio inhibido y protegido. Quien quiera demolerlo tiene él que hacer el trámite. Y a no quejarse, porque el trámite bajo la 2548 es mucho más simple y rápido que una catalogación. Es que interviene el Consejo Asesor en Asuntos Patrimoniales –descripto en detalle en nuestra última edición– que tiene un plazo perentorio para contestar si el predio en cuestión es catalogable o no. Si dice que no, el expediente vuelve al Ejecutivo y retoma un trámite normal. Si dice que sí, arranca el de doble lectura en la Legislatura.

La prueba piloto en el sector de la ciudad donde ya rige la ley fue exitosa. No sólo el sector de la construcción no entró en crisis por la protección patrimonial, sino que la energía del Ejecutivo permitió crear un alto grado de seguridad jurídica para las empresas. Es que los ministerios de Planeamiento y Cultura comenzaron proactivamente a compilar catálogos de edificios a catalogar. Ya están terminados los de la zona norte y el centro y, si hay fondos en el futuro inmediato, se iniciarán los de la zona sur, donde igual ya llegan cédulas informando a los vecinos que sus propiedades fueron incluidas en el Catálogo Preventivo. De este modo no hay sorpresas ya a la hora de comprar, porque estas prevenciones quedan registradas como inhibiciones.

Lo que se votará este jueves es simplemente ampliar este sistema a toda la ciudad durante dos años, cosa que se pueda preservar el patrimonio urbano de un modo ordenado y no exista esta rara situación de dos regímenes legales diferentes en una misma ciudad. La idea ya hizo todo el recorrido de comisiones dentro de la Legislatura y los bloques principales ya dijeron explícitamente que la votarán sin problemas.

Esto muestra una gran madurez y la capacidad de ignorar lobbies bastante torpes como el organizado por el CPAU, el colegio de arquitectos y urbanistas que emite matrículas y funciona como representante de las grandes constructoras. De toda la clase profesional, el CPAU fue la única institución en concluir en que los límites legales a la piqueta son un peligro, postura ideológica común a la docena redonda de los mayores estudios, los que hacen megashoppings y torres, necesitan mano libre para destruir edificios y detestan por principio las leyes patrimoniales.

Los argumentos repiten pavadas como que la ciudad “debe seguir viva” e inventan números enormes de edificios a preservar, sin dar jamás fuentes. Una ciudad como Buenos Aires no puede ser un museo ni queriendo: es materialmente imposible. Pero las grandes constructoras saben que sus grandes clientes quieren ubicación, esto es zona norte, donde también casi lo único que queda para construir son edificios patrimoniales a demoler. El CPAU además traiciona los intereses concretos de sus miembros menos millonarios y poderosos, que se benefician directamente de una ciudad con alturas más bajas y edificios catalogados. Es que demoler y alzar torres es un negocio de grandes capitales, reservados a empresarios de porte que tienen a los arquitectos como empleados. Hacer obras más chicas, reciclar y reutilizar, restaurar y vender son negocios de menor capital, que permiten la subsistencia de los arquitectos independientes.

Estos son los intereses económicos detrás de los lobbies que apretaron en la Legislatura para frenar la ley de patrimonio. El resultado de esta legislación no será la muerte de ningún sector económico sino un cambio de énfasis. Por ejemplo, llevar el eje de la construcción a las grandes zonas de la ciudad que casi no tienen densidad, sobre todo en el cuadrante suroeste. Esto es un objetivo histórico que nunca se cumplió porque el negocio pasa, como se dijo, por la ubicación.

Cuando se preservaron las grandes ciudades del mundo hubo el mismo tipo de protestas del mismo tipo de grandes empresas. Lo que tienen en común es el concepto amazónico de la ciudad: lo único que se les ocurre es destruir una parte, arruinarla, hacer su negocio e irse. Esto es incivil e incivilizado, y se cae de viejo. Este jueves tenemos los porteños la chance de mostrar que ya pasamos esa etapa de nuestra historia y estamos abriendo otra.