martes, agosto 09, 2011

La tierra agrícola ya vale casi la mitad del PBI en la Argentina Llegan hasta 15.000 dólares la hectárea. El precio acompaña el alza de los granos.


La soja lo hizo. El potente negocio que gira alrededor de ese cultivo provocó una fuerte revalorización del principal activo con que cuenta la Argentina: sus tierras agrícolas. Desde 2001, según un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de los campos registró un aumento en dólares superior al 120% . Así, las más de 31 millones de hectáreas que hay en producción pasaron a valer la friolera de 155.000 millones de dólares, el equivalente a 42% del PBI . O más del dinero que se necesitaría para cancelar la deuda externa, ubicada hoy en US$ 127.000 millones.
Los datos sobre cuánto cuesta la superficie que este año aportará una cosecha de casi 100 millones de toneladas y 30.000 millones de dólares en exportaciones fueron calculados por los economistas rosarinos multiplicando la superficie sembrada en la campaña 2009/10 (algo más de 31 millones de hectáreas) por unos 5.000 dólares, el precio promedio por hectárea. Es que, según su ubicación y aptitudes productivas, el valor de un campo puede variar significativamente, desde menos de 1.000 dólares a picos de 16.000 dólares en las mejores zonas agrícolas.
Es el caso de la llamada zona maicera (donde, en realidad, hoy abunda la soja), ubicada entre el sur de Santa Fe y el norte de Buenos Aires. Allí, la cotización de la hectárea agrícola pasó de unos 4.000 dólares en 2000 a unos 15.000 dólares en la actualidad.
Pero como la divisa se depreció cerca del 70% desde entonces, el análisis partió de un valor base para principios del milenio de 6.800 dólares por hectárea. “El incremento real habría sido de 121%”, determinaron los expertos.
Las cifras coinciden con las que publica la inmobiliaria especializada Compañía Argentina de Tierras. Para 2010, la firma calculó que en los partidos de Salto, Pergamino o Rojas los precios de los campos promediaban los 15.500 dólares en marzo pasado. Solamente en un año, habían aumentado más de 20% en dólares.
El fuerte crecimiento de la soja en el esquema agrícola argentino tuvo que ver mucho con esta revalorización. En 2000/01, el poroto ocupaba menos del 40% del área sembrada, mientras que ahora su participación trepa a más del 58%.
Pero el informe de la Bolsa aclara que “el valor de la tierra aplicada a otros cultivos no se ha incrementado tanto”. Esto explica por qué el promedio nacional es apenas una tercera parte del costo de la mejor tierra agrícola.
“El precio de la tierra depende, fundamentalmente, del precio del bien que produce esa tierra. Y esto se puede ver claramente teniendo en cuenta el precio que tenía la soja en 2000/01, cuando su valor FOB llegaba a 160 dólares, contra alrededor de los 500 dólares o más a que cotiza en los últimos tiempos”, razonó el trabajo.
El alto valor de la tierra agrícola ha sido un argumento muchas veces utilizado por el Gobierno para desacreditar los reclamos del agro. Según el razonamiento, no tienen razones las quejas de un chacarero de 100 hectáreas del sur santafesino por el hecho sencillo de que dispone de un capital cercano al millón y medio de dólares, lo que a los ojos de cualquier mortal lo convierte en un millonario.
Sin embargo, según diferentes estudios, en un año de excelentes precios como el actual, la rentabilidad del sector productor (antes de impuestos) se podría ubicar entre 3.000 y 4.000 millones de dólares. Es decir, el retorno que recibe el sector equivale a 2 a 2,5% del valor de la tierra que cultiva.

El precio de los campos subió hasta un 20% en el último año Es por el alza de las commodities y la incertidumbre de los mercados financieros.


El fenómemo de los altos precios internacionales de loscommodities hizo revaluar el precio de la tierra en distintos países, entre ellos la Argentina. Particularmente en el último año, ese incremento promedió el 15% en todo el país.
Pero en la zona “nucleo” o el corredor cerealero -es decir, las mejores regiones de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba- la suba llegó al 20% .
Así, el suelo agricola de primera calidad cuesta hoy entre 13 y 15 mil dolares la héctarea. “Y en el cordón maicero -zonas como Venado Tuerto, Pergamino, Rojas y Salto- el precio sube a 17 o 18 mil”, cuenta Roberto Frenkel Santillán, presidente de la inmobiliaria Bullrich, Campos S.A. y flamante titular de la Cámara de Inmobiliarias Rurales (CAIR).
En cambio, otros campos ubicados en la oeste de la provincia de Buenos Aires, el sur de Córdoba y parte de La Pampa pueden cotizarse entreUS$ 7 mil y U$S 10 mil la hectárea y la zona triguera cercana a Lobería o Tandil, por ejemplo, puede oscilar entre 7 mil y 9 mil.
“El precio de las tierras está ligado al cultivo que éstas permiten y a su diversidad, pero también a su grado de liquidez, o sea, qué tan fácil es venderlas”, explican en la cámara. También cuenta la cercanía de la ciudad, los servicios y la distancia con el puerto más próximo, entre otros factores.
Según el ingeniero agrónomo y asesor en valuación Enrique Cortelletti, los valores de los campos locales subieron un 15% en promedio, en el último año y hasta un 20% en las zonas más caras, donde l os precios llegan hasta los 20 mil dolares la hectárea .
A partir de la suba internacional de los precios de los cereales, un proceso que se profundizó a partir del 2004, la tierra resulta ser un refugio de capital , “Hoy la gente no tiene confianza en el dólar, ni en el euro ni en la Bolsa. Ni siquiera en los mercados internacionales. En cambio, si la tienen en ladrillos y en la tierra”, dice Frenkel Santillan y asegura que “en los ultimos 50 años, el precio de las tierras en la Argentina acompañó siempre a la inflación norteamericana, además de generar una renta”.
De todas maneras, no se trata de un negocio para muchos. El campo es un refugio para inversores que cuentan con un patrimonio por encima del millón de dólares . Una aproximación más modesta al negocio sería la participación en un pool de siembra, donde el inversor recibe un porcentaje en función del producto. Pero, de todas formas, hay fondos de inversion que piden un capital minimo de 300 mil dolares , señalan en el mercado.
Además, apunta José Rozados, analista de Reporte Inmobiliario, “si bien la frontera agricola se expandió, la oferta de tierras es limitada”. “Porque hay mucha gente que quiere entrar en el negocio y muy poca que quiere salir”, dice.
Según Frenkel Santillán, si bien los precios actuales están en un techo, es posible un mayor desarrollo en las zonas del NOA y del NEA donde los buenos campos van a empezar a apreciarse más con el alza de los commodities .
En este sentido, un informe reciente del Instituto de Tecnología Agropecuaria (INTA) sostiene que “las proyecciones mundiales de los alimentos muestran alzas crecientes de los precios, alentadas por una gran demanda y una lentitud de la oferta para regularla”. En ese contexto y pese al incremento de la productividad agricola, “para aumentar la producción que el mundo requiere se necesita una mayor área y un mayor rendimiento”, consignó.