domingo, septiembre 07, 2008

La Ciudad colapsaría dentro de 12 años

PERFIL BA SAB 6 SEP 2008    

 

SI NO HAY OBRAS, LLEGARÁ EL CAOS


El caos de tránsito de anoche fue otra señal de que la ciudad está al límite de recursos para satisfacer las demandas de su población estable, y el problema se agudiza con la diaria entrada y salida del habitantes transitorios del primero y segundo cordones del Conurbano que trabajan en el área metropolitana. Y este paisaje promete ser un paraíso frente a lo que los especialistas auguran para el futuro. Dos de los principales urbanistas de la Argentina pronostican que en diez años más, si no se hacen obras en las áreas más críticas, la Ciudad será inhabitable.

Por Euridice Ferrara

 

Anticipo. El tránsito en las horas pico: un desierto frente al panorama que aguarda a la ciudad.

El pronóstico es lapidario: si no se hacen urgentes obras de infraestructura y se redistribuye el espacio, en 2020 la ciudad “colapsará.” La ONU informa que en la actualidad más de la mitad de la población mundial, 3.300 millones de personas, vive en ciudades y prevé que en el 2030 esa cifra se duplicará. Aconseja emprender políticas globales para evitar agravar los problemas sociales y medioambientales.

Ante este panorama, la Ciudad de Buenos Aires no se comporta como una isla. Datos del INDEC indican que la población metropolitana de Buenos Aires incorpora cada diez años 1 millón 250 mil habitantes, y según el arquitecto Alfredo Garay, ex secretario de Planeamiento Urbano de la provincia y titular de Urbanismo en la facultad de Arquitectura de la UBA, “se estima que en 2020 se agregará el equivalente a una población de Rosario o Córdoba”.

Tal proyección es compartida por Juan Manuel Borthagaray, ex decano de la facultad de Arquitectura de la UBA y actual director del Instituto Superior de Urbanismo, Territorio y el Ambiente (ISU). Ambos profesionales advierten que, de no invertir y planificar a conciencia, la Ciudad de Buenos Aires tendrá, de aquí a diez años, 1 millón más de asentamientos, faltarán 150 mil casas, el transporte colapsará y las cloacas y el agua serán para unos pocos.

Asentamientos. Las ponencias de expertos en medio ambiente y urbanismo, presentadas en el último seminario Ambiente, Ciudad y Metrópolis en un encuentro organizado por la Defensoría del Pueblo porteña, concluyeron que las viviendas, los recursos naturales, el medio ambiente y el transporte serán cuestiones cruciales para planificar en un futuro inmediato. El arquitecto Garay prevé que “en diez años y de no invertir en la construcción de casas, habrá un asentamiento nuevo por cada vivienda que se levante”. En este sentido, Juan Manuel Borthagaray proyecta que “en diez años habrá 1 millón más de asentamientos en Buenos Aires, porque se está edificando más en departamentos lujosos, donde cada vez vive menos gente”. Por su parte, la Coordinadora de núcleos habitacionales informó a PERFIL que desde la crisis de 2001, la población en villas aumentó entre un 50 y un 300 por ciento; sólo en la Ciudad hay 180 mil personas viviendo en 18 villas.

Viviendas. Garay habla sobre la necesidad de planificar la construcción de viviendas: “El Plan Federal que implementó el Gobierno nacional planea construir 48 mil casas en el área. Pero se deberían edificar más de 30 mil viviendas por año, para que la gente tenga un hogar digno en 10 años. Concretamente, en la Provincia de Buenos Aires se necesitarán 300 mil viviendas nuevas y 600 mil refacciones y en la Ciudad, con 300 mil pobres, se deberían construir 150 mil unidades”.

Espacios verdes. Los especialistas que participaron del mencionado encuentro coincidieron en que “hoy hay un promedio de 2,7 metros cuadrados de espacios verdes por habitante” y que con las tierras públicas vacantes que hay en la Ciudad “este promedio podría elevase a 10, que es lo que piden las organizaciones ambientalistas internacionales”. Además, Garay estima necesaria “la creación de una entidad metropolitana que gerencie las tierras y no se las urbanice con parques industriales, countries y cárceles como las que bordean la Ciudad”.

Medio ambiente. Sólo en el Gran Buenos Aires, casi el 45 por ciento de la gente carece de cloacas y un 35 de agua de red y consumen agua de pozo. Según el ex funcionario “habría que duplicar la red de obras sanitarias”. La discusión latente entre los expertos es si se debe ampliar la misma cloaca central o hacer un sistema de redes autónomas y más chicas.

Transporte. Por su parte, Borthagaray analiza el estado de uno de los servicios que más cerca está de convertirse en el cuello de botella más crítico de la Ciudad. “Si no apostamos en serio al transporte público y masivo la situación es terminal, porque la cantidad de autos alcanzó su punto máximo de saturación. La única solución es que los coches no entren a las ciudades y que la gente se mueva en ómnibus, trenes, subterráneos, y bicicletas”. La clave del problema parece ser “crear una autoridad metropolitana que concentre la multiplicación de autoridades, planifique y regule de manera racional. Y crear un boleto intermodal con el que se pueda hacer combinación entre los diferentes medios de transporte”, agrega ex secretario. Con respecto a los trenes, “es necesario tener un mínimo de cuatro vías y duplicar el número de vagones, además de dejarlos impecables”. La tendencia mundial marca, además, la necesidad de reducir la cantidad de los pasos a nivel (ya sea soterrando vías o mediante puentes ferroviales).

Inversión. Todos estos temas se unifican en uno. Inversión. La Argentina crece casi al 9 por ciento anual, pero Garay advierte que “tenemos un problema de descapitalización y hay que invertir a través de un pacto metropolitano. En los años ‘30 la inversión fija era de un 5 por ciento del PBI y en 2001 no llegaba a 1. Hay que subir al 5 para que el crecimiento se condiga con una infraestructura urbana acorde.”

Trenes: caos e ineficiencia

Un tren varado en plena hora pico desató el jueves pasado una mañana de incidentes en la línea Sarmiento, en las estaciones de Merlo y Castelar. Más allá de las acusaciones del Gobierno nacional sobre quién ocasionó el incendio en los vagones y la pedradas violentas, lo cierto es que hace años se vienen dando incidentes en trenes y subtes a causa del enojo de los usuarios por el deficiente servicio que se presta. El problema sigue siendo el mismo: nace más gente, la población crece, quiere llegar en horario a sus trabajos y espera que haya una infrestructura urbana que les permita circular rápido y de forma segura. Pero nada cambia. La gente reclama mejor servicio y que quienes gobiernan piensen a futuro, planifiquen una estrategia coherente para el funcionamiento del servicio público y prevean las peligrosas consecuencias de seguir en estado de inacción.

El Gobierno estudia dejar afuera de los carriles exclusivos a los taxis

El Gobierno porteño está en una encrucijada y tiene serios inconvenientes para definir un tema más que sensible para avanzar sobre el caos de tránsito porteño: el rol de los taxis en los carriles exclusivos, próximos a inaugurarse.

Desde hace semanas, el subsecretario de Transporte porteño, Eduardo Moreno, se reúne con asiduidad con representantes de los taxistas, sin poder edificar un acuerdo.

A fines de julio pasado, después de una masiva movilización de los choferes, se firmó una “paz” por 120 días y ambos se comprometieron a abrir una mesa de negociaciones para resolver el tema en conjunto. El acta tenía una salvedad: el Gobierno no podía tomar ninguna decisión sin el aval de los taxistas.

Si bien el plazo de la tregua termina el 23 de octubre, el tiempo se agota porque la primera etapa de la ampliación de los carriles exclusivos que ya operan en algunas avenidas porteñas está pautada para el próximo lunes 15 de septiembre, en una semana.

Definición. Por eso, la paciencia del propio jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se agota con cada “bajada de bandera”. Ayer exigió a sus funcionarios que pongan un punto final al conflicto esta misma semana sin falta. Ordenó que el subsecretario tome las deciciones necesarias y se haga responsable en persona del tema. Y de las consecuencias.

Por otra parte, la negociación podría dar un giro inesperado durante la reunión de este lunes entre el Gobierno y los gremios porque en la cúpula de la subsecretaría tienen casi decidido que los taxistas sin pasajeros se quedarán fuera de los carriles, al menos en las horas pico, de 17 a 20. También estudian extender la medida al resto del día.

El problema es que los choferes –con un gran poder público de negociación– quieren circular libremente por las vías preferenciales (dos carriles a la derecha) que se crearán en varias avenidas porteñas para aceitar el transporte público. No los convence la idea de que sea sólo un beneficio para los colectivos.

Su argumento es que si se quedan afuera cuando están desocupados, deberán levantar pasajeros de la mano izquierda. Esto les implicaría complicaciones operativas y una merma en el trabajo, porque la gente “está acostumbrada a parar taxis de la mano derecha”, aseguran.

Claudio Palmeiro, vocal del Sindicato de Peones de Taxi que dirige Viviani se mostró preocupado por el lento avance de las negociaciones y explicó que el Gobierno todavía no les comunicó que se quedarán fuera de los carriles. “No es lo que nos dicen en las reuniones”, aseguró y aclaró que los taxistas hicieron varias propuestas –como circular por un sólo carril, de los dos exclusivos – que están siendo evaluadas por los técnicos de la subsecretaría.

“Ya nos vimos bastante perjudicados por el aumento de las infracciones de tránsito en los últimos meses: pasamos de $ 40.000 a $ 300.000 por mes con las fotomultas”, aclaró para ilustrar que su gremio ya se vio bastante perjudicado con las decisiones de Gobierno.

Algunos especulan que los “negociadores” de Macri tiemblan cada vez que se sientan a debatir con el sindicato porque conocen el inmenso poder de Viviani en la Ciudad y el respaldo Nacional.

Los colectiveros, por su parte, tampoco están muy conformes: “Si el Gobierno deja que los taxistas circulen por los carriles y levanten pasajeros, más vale que no los implementen, porque no van a funcionar”, pidió Roberto Fernández, titular de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). “A nosotros Macri nunca nos llamó para consultarnos nada, por eso este martes vamos a hacer una movilización a la Jefatura de Gobierno porteño”, amenazó indignado.

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