fragmento de la nota publicada por La Nación el 23 de enero
Habrá nuevas exigencias para construir torres en tres barrios
Exigirán un certificado técnico de AySA y ampliarán los estudios de impacto ambiental
El gobierno porteño mantendrá ciertas restricciones a la construcción de edificios en sectores de los barrios de Caballito, Villa Urquiza y Palermo, a los que en los despachos oficiales llaman "polígonos críticos" por deficiencias encontradas en las redes de agua potable y cloacal, que proyectan reparar luego de la firma de un convenio con la empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (AySA).
Más exactamente, según pudo saber LA NACION de fuentes confiables, dentro de esos "polígonos críticos" la Ciudad sólo extenderá permisos de obra a los emprendimientos inmobiliarios que presenten un certificado de factibilidad técnica otorgado por AySA.
Además, reducirá la superficie a partir de la que hoy se exige el cumplimiento de un estudio de impacto ambiental: pasará de 10.000 m2 a aproximadamente la mitad.
Tal es el camino que el gobierno porteño planea seguir cuando, a mediados de febrero próximo, venza la suspensión de los permisos de obra en seis barrios porteños (Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Núñez, Palermo, Caballito y Coghlan), establecida por 90 días por un decreto de Jorge Telerman.
La medida respondió al reclamo de los vecinos de Caballito y, en menor medida, de los otros barrios mencionados, que expresaron su preocupación por un posible colapso de los servicios públicos como consecuencia de la explosión de la construcción de edificios en altura registrada durante el último año.
Fallas en infraestructura
Tras la suspensión, el gobierno porteño solicitó informes técnicos a las empresas proveedoras de agua, cloacas, energía eléctrica, gas y telefonía respecto de la situación actual de los servicios y sobre las perspectivas para satisfacer las necesidades de toda la nueva población que vivirá en los barrios en cuestión cuando los edificios sean inaugurados.
Si bien los datos no fueron confirmados ayer por el Ministerio de Planeamiento y Obras Públicas ni por la jefatura de gobierno de la ciudad, LA NACION pudo saber de fuentes de primera línea que tanto las compañías eléctricas como las telefónicas y las de gas explicaron que sus redes no registran ni registrarán inconvenientes para abastecer la nueva demanda en ninguno de los barrios alcanzados por la normativa.
En cambio, los relevamientos elevados por AySA sí hablan de tendidos de agua potable y, especialmente, cloacales con fallas que complicarían el normal suministro en las zonas determinadas como críticas de Caballito, Villa Urquiza y Palermo.
Dentro de ellas, coincidieron fuentes de todos los sectores vinculados con el tema, existen decenas de kilómetros de cañerías que deben ser arregladas, por lo que el gobierno porteño y AySA estudian un plan para poner a punto la red y su respectivo financiamiento, proceso que concluirá con la firma de un convenio.
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