Por Oliver Galak
De la Redacción de LA NACION
Una combinación de factores internos y externos, de causas específicas del mercado inmobiliario y de datos de la economía general produjeron en agosto una fuerte caída en la venta de inmuebles en la ciudad de Buenos Aires.
En ese mes se autorizaron 5654 escrituras de compraventa por un monto total de $ 1285,5 millones, lo que representa una caída del 23,13% sobre el dinero involucrado en las operaciones de agosto de 2007. La cantidad de operaciones cayó, en términos interanuales, un 13,28%, según datos difundidos ayer por el Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires.
En lo que va del año, sólo el mes de marzo (cuando estalló el conflicto del campo) había presentado una caída similar o incluso superior. En el acumulado de los dos primeros cuatrimestres del año, la cantidad de escrituras fue levemente superior a la del mismo período de 2007 (una suba de 0,56%); medidas por monto, el alza fue más significativa: 9,44% de crecimiento respecto de los primeros ocho meses del año pasado.
Comparada con julio, la cantidad de operaciones cayó un 17,44% y el monto involucrado descendió un 15,26 por ciento.
Fuentes del mercado atribuyeron estas caídas a diversos factores, entre los que se encuentran el enfriamiento de la economía argentina, la incertidumbre causada por la situación internacional y la implementación del Código de Oferta de Transferencia de Inmuebles (COTI) por parte de la AFIP.
"La caída en las escrituras responde al enfriamiento de la economía del país", afirmó Víctor Di Capua, presidente del Colegio de Escribanos de la ciudad de Buenos Aires. "Ya no hay nuevas compras de lotes, como había el año anterior para nuevas construcciones."
La institución que preside presupuestó para el período comprendido entre el 1° de julio de este año y el 30 de junio de 2009 una baja del 15% en la cantidad de escrituras sobre el ejercicio anterior. "Nosotros ya calculábamos que la tendencia era la de un amesetamiento a la baja", indicó Di Capua, aunque aclaró que en el mediano plazo la crisis de los mercados internacionales podría derivar en que más gente se vuelque "en el refugio de los ladrillos" y haga remontar la actividad inmobiliaria.
De los datos difundidos ayer se desprende que la propiedad promedio vendida en agosto costó 227.374 pesos, casi 30.000 pesos menos que la unidad promedio transferida un año atrás.
Según el presidente de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias, Horacio Bielli, esto podría haber ocurrido porque "con el tema del COTI [lanzado en abril para blanquear el valor de las propiedades] se han retirado del mercado inmuebles de gran valor, y eso ha disminuido la oferta".
El presidente de JT Inmobiliaria, Jorge Toselli, señaló que "recién en septiembre y octubre se está notando una mejor predisposición de los propietarios a inscribir sus inmuebles en el COTI". En agosto todavía se registraba una cierta reticencia a esta nueva modalidad por parte de los dueños de casas y departamentos de precios superiores a los $ 300.000 (el piso para entrar en el nuevo registro de la AFIP).
Falta de créditoRespecto de la caída en las escrituras, Toselli mencionó "la falta de crédito" como principal factor que frenó el crecimiento en las operaciones de departamentos chicos. "Además, el conflicto del campo continúa y nosotros vendíamos mucho a la gente del interior. En todo el año hemos vendido sólo dos departamentos a dos personas del interior, mientras que el año pasado vendíamos 7 u 8 por mes", graficó.
Bielli sostuvo que la caída en la venta de inmuebles en territorio porteño está relacionada con "la desaceleración de la actividad en general" y en particular con el alza de precios. "El problema inflacionario es el que más está complicando el sector, porque los costos de la construcción siguen subiendo y el mercado ya no aguanta un incremento en los precios", añadió.
Por su parte, Roberto Tizado dijo que la baja no se notó en el sector en que se especializa su inmobiliaria: clientes de mayor poder adquisitivo, que compran en toda la zona norte. "En cambio, zonas más típicas de la clase media, como Flores, Almagro o San Telmo son mercados que requieren de crédito hipotecario, y la inexistencia de crédito provoca que se resientan las ventas", sostuvo.
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