Con el sueldo de un mes hoy se puede comprar medio metro cuadrado de un departamento. Y para comprar una vivienda media en Capital Federal o en grandes centros urbanos del interior -de 2 a 3 ambientes, de entre 45 y 65 metros cuadrados, según las zonas- hay que pagar el equivalente a 105 sueldos de $ 4.000 mensuales . Esto equivale a unos 100.000 dólares.
Prácticamente el enorme esfuerzo que tiene que realizar un empleado o trabajador formal (“en blanco”) para acceder a una vivienda propia no se modificó tras la crisis de 2001/02, a pesar de la normalización y recuperación económica de estos últimos años.
En realidad, l a situación empeoró porque en la década de los 90, un sueldo medio formal equivalía a un metro cuadrado y con entre 50 y 60 sueldos se podía adquirir una vivienda media, según datos casi coincidentes del Instituto de Economía de la UADE (Universidad Argentina de la Empresa) y el Reporte ABC inmobiliario (Cdi).
Para los que trabajan en negro -el 35,8% del total de asalariados, más de 4.000.000 de trabajadores- la distancia es enorme, con el agravante de que un alquiler mediopuede representar más de la mitad del sueldo informal.
Lo que pasó es que con el desplome de la convertibilidad y la devaluación, los sueldos se deterioraron (cayeron a una cuarta parte en dólares) y los inmuebles también bajaron en dólares, pero menos.
Con la normalización económico-financiera y el dólar semicongelado los salarios se fueron recuperando , pero los precios de los inmuebles y departamentos no volvieron a sus valores anteriores , sino que siguieron subiendo.
Por ejemplo, el Reporte Cdi señala que “en 2006 las viviendas usadas subieron en dólares un 13,03%, mientras en los 12 meses de 2010 se observó una suba de 14,51% en dólares”. Así las cosas, el salario medio formal está hoy a los mismos niveles de 2001 –unos U$S 1.000 mensuales- pero un departamento medio que entonces valía U$S 65.000 hoy cotiza a U$S 107.000, un 65% más.
Otro factor que encareció el acceso a la propiedad en los últimos meses fue el costo de financiación hipotecario. “En consecuencia, el aumento del nivel de esfuerzo para comprar una vivienda se debe en mayor medida al aumento del costo financiero y al precio de las viviendas, frente a un ingreso cuya evolución no alcanza a compensar los aumentos en el valor de la propiedad”, dice el informe inmobiliario.
Por su parte, UADE señala que, con un salario medio formal se puede adquirir un 44% del valor del metro cuadrado de una vivienda en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires. En otros barrios, como Caballito y Almagro puede alcanzar un 52% y 54%. En 1997, un sueldo formal equivalía a un metro cuadrado.
En la fuerte suba de los precios de los inmuebles intervienen varios factores. Entre ellos, la depreciación del dólar y la baja tasa de interés -un fenómeno internacional- y los bajos rendimientos de las inversiones financieras en plazos fijos en pesos respecto de la inflación real o en moneda extranjera (el dólar semicongelado y el euro en declinación). Todo esto llevó desde pequeños ahorristas hasta grandes inversionistas a volcarse a los inmuebles como ahorro o resguardo del capital . Un ejemplo, es la cantidad de departamentos vacíos en Puerto Madero, como informó Clarín el sábado.
También impactó el propio déficit habitacional y las mayores migraciones internas hacia los grandes centros urbanos. Las ocupaciones de tierras y los conflictos habitacionales que tuvieron lugar el mes pasado tienen estas causas estructurales.
Por el lado de la oferta, el incremento de los costos de construcción y la falta de terrenos para emplazar nuevas obras, especialmente en los barrios más demandados, llevaron a que se desarrollen barrios nuevos.
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